Origen: encargado por el Rey de Nápoles Alfonso de Aragón
Formato: 396 páginas – cm 25,7 x 37
Miniaturas: 115 escenas miniadas, colocadas al pie de las páginas
Oro: Oro en lámina y en polvo
Pintor: Lorenzo di Pietro ("il Vecchietta") y Giovanni di Paolo
Encuadernación: Terciopelo blu con cierres forjados y dorados, y escudo de armas de Aragón
Presentación: Facsímil en estuche - el libro de estudio se compone de dos volúmenes con sobrecubierta en caja, separada del facsímil
Tirada: 750 ejemplares
LA OBRA
(Londres, British Library, Ms. Yates Thompson 36)
Este excepcional manuscrito de la Divina Comedia, ricamente decorado con más de cien espléndidas miniaturas e iniciales historiadas colocadas al comienzo de cada cantiga, fue escrito y miniado en Toscana hacia mediados del siglo XV por encargo de un ilustre mecenas, el Rey de Nápoles Alfonso de Aragón, llamado el Magnánimo. El manuscrito resulta especialmente precioso por tratarse de uno de los pocos que ilustran de un modo exhaustivo las tres cantigas del poema de Dante.
El suntuoso conjunto de miniaturas de la Divina Comedia es obra de dos artistas distintos, ambos de Siena: Lorenzo di Pietro, llamado "il Vecchietta", autor de todas las iniciales y de las escenas del Infierno y del Purgatorio, miniadas entre los años 1442 y 1450, y Giovanni di Paolo, que en la decoración del Paraíso tradujo en ambientes fabulosos e irreales su absorta y ensimismada dimensión espiritual.
En las 115 escenas miniadas, colocadas al pie de las páginas, se percibe claramente la inspiración diferente de los dos artistas: a la vena más brillante y dramática de Vecchietta se contrapone la azulada nitidez de los cielos de Giovanni di Paolo, la impresionante belleza de sus paisajes, inspirados en la campiña toscana, y la presencia unificadora, en la mayor parte de las miniaturas, de las figuras emparejadas de Dante y Beatriz.
Al carácter extraordinariamente sugerente de las miniaturas hay que añadir también la riqueza de los elementos de oro que decoran de un modo refinado el marco de todas las ilustraciones, en particular las del Paraíso, confiriendo una especial luminosidad a las escenas descritas. Además, la elegante caligrafía del texto, escrito en una columna y embellecido por las iniciales, resulta perfectamente legible, siendo ésta una peculiaridad que permite unir al encanto de las ilustraciones el placer de la lectura de los versos.