"Un cuento en imágenes que todo el mundo puede comprender."
"Los Evangelios apócrifos no son representados frecuentemente en la miniatura."
"El pintor fue un artista excelente que trabajó en uno de los más importantes talleres del tiempo, con el que colaboró Leonardo da Vinci también."
Fecha: 1476
Origen: Milán, corte Sforza - encargado por Galeazzo María Sforza
Formato: 158 páginas – cm 26,2 x 18,5
Miniaturas: 324 miniaturas + 107 mayúsculas miniadas y doradas
Oro: Oro en lámina y en polvo
Pintor: Cristoforo de Predis
Encuadernación: Terciopelo rojo con medallón dorado y grabado
Presentación: Facsímil en estuche en piel roja con nervios – volumen de estudio encuadernado en piel roja con nervios, presentado fuera del estuche
Tirada: 750 ejemplares
LA OBRA
(ms. Varia 124, Biblioteca Real de Turín)
Este manuscrito fue encargado por el duque de Milán y su mujer Bona de Savoia, para celebrar la unión de la familia de los Sforza y la de los Savoia: sus escudos de armas están en todo el libro juntos con lo del rey de Francia, cuñado de Bona.
Esta obra es muy rica, tiene más de 320 miniaturas que podrían ser asemejadas a un cuento en imágenes, que permitía a todos comprender perfectamente lo que estaba narrado en el texto.
El Legendario es muy importante por sus contenidos, también porque incluye historias del Nuevo Testamento y de los Evangelios apócrifos (historias de Joaquín y Ana, de María, de Jesús y de San Juan Bautista). Estos no son pintados frecuentemente, entonces el manuscrito ofrece una perspectiva particular sobre la religiosidad de la época y también sobre la vida cotidiana: todas las historias están representadas en el contexto de la Lombardía del siglo XV y permiten al lector descubrir la vida de la época, sus ropas, las casas y los palacios, etc.
La parte final del manuscrito está dedicada al Apocalipsis: después del Juicio Final hay una representación muy vívida del Infierno y de las penas por los pecados capitales. Es muy particular la representación de los diablos, que a veces parecen dioses Maya (c. 153r), y el hecho que siempre, entre los pecadores, hay reyes, nobles y representantes de la Iglesia.
El pintor de esta obra fue Cristoforo de Predis, que trabajó para las familias más importantes de su tiempo, realizando obras fundamentales para la historia de la miniatura y desarrollando un estilo rico en detalles y connotado por colores muy brillantes. Él trabajaba en el taller de su hermano Giovanni Ambrogio de Predis, taller que colaboró mucho con Leonardo da Vinci, por ejemplo en la realización de la Virgen de las Rocas.
Ahora el manuscrito está conservado en la Biblioteca Real de Turín, junto a los dibujos de Leonardo da Vinci.
Cuando el facsímil fue realizado el manuscrito original se restauró, y eso permitió hacer una campaña fotográfica perfecta; gracias a la cual la impresión de los colores y del oro produjo un resultado sorprendente. El oro se imprimió en todas sus formas (pasta, polvo y lámina) y por primera vez los toques de luz fueron imprimidos perfectamente para todos los colores, incluido el blanco, que en el original tiene muchos toques de luz reproducidos perfectamente.